miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ficciones

I
Cuando alguien (en general un periodista) utiliza la manida frase «la realidad supera a la ficción» se refiere -supongo- a que en la "vida real" muchas veces ocurren cosas que superan los límites de lo normal (entendiendo por normal lo que sucede habitualmente).
II
Cualquiera, incluso sin usar demasiado la imaginación, puede pensar ficciones imposibles de superar por la realidad:
Un pez que adquiere inteligencia, construye con algas una nave espacial para irse a vivir a Júpiter y desde ahí controla por telepatía la historia humana.
III
El punto dos no tiene como objetivo anular el punto uno.
IV
Si un autor decide escribir una ficción con cierto nivel de realismo debe ceñirse más a lo probable que a lo posible.
V
Cada año aparecen noticias "increíbles" por ejemplo gente que cae de un quinto o décimo piso sin lesionarse.
VI
Si escribes una historia en la que tu personaje cae de un quinto o décimo piso sin lesionarse la gente pensará que tu relato pertenece al género fantástico y esperará que en cualquier momento digas que lo ha picado una mosca radioactiva y ha adquirido poderes.
VII
Un mafioso decide matar a dos personas.
Se le ocurre que una misión tan complicada no debe realizarla un profesional, elige a un fabricante de marcos para cuadros que padece una enfermedad mortal y nunca en su vida ha usado un arma.
El primer asesinato no tiene ninguna dificultad (el objetivo ni siquiera llevaba escolta, es decir no era necesario haber contratado a ningún enfermo suicida)
Lo mejor es que el segundo encargo, es tan difícil que en realidad lo ejecuta el hombre que sirvió de intermediario para que el mafioso contratara al enfermo (incluso el enfermo no hace nada, por lo que no tenía sentido contratarlo).
¿Te parece suficientemente absurdo?
VI
Conclusión: El guión de El amigo americano de Win Wenders sigue sin convencerme.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Símbolos.

Hace años leí una biografía de los Beatles. Era muy larga, la leí rápido. La he olvidado casi por completo. Creo que sólo recuerdo una anécdota.
Cuentan que en la grabación de una de las canciones -naturalmente no recuerdo cual- Mccartney confunde la letra, y en lugar de HE dice SHE (la canción hablaba al parecer de un hombre). Cuando están escuchando la grabación alguien se da cuenta y comentan de grabar otra vez. Lennon dice que mejor dejarlo como está. Así tendrán algo más que interpretar, dice.
Dentro de la literatura y el arte en general hay quiere entenderlo todo, supongo que es una pretensión legítima, pero lo que me hace verdadera gracia es cómo algunos piensan que sus interpretaciones son las únicas posibles y escriben extensos ensayos sin cimientos hablando de cosas que puede que estén ahí sólo porque si.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Cuatro hojas de trébol.

Al tercer timbre alguien contesta. Hola- dice la voz. Mujer- dice el doctor. Hernández asiente con gesto de fastidio. ¿Sí? - repite la voz - ¿Diga? Hernández aprieta el botón. La comunicación se corta. El doctor sonríe nervioso. Parece que le diera vergüenza ganar. Hernández aparta cinco montones de fichas rojas y se las pasa. «¿Veinticinco más?» «Vale» Hernández se sirve un poco de whisky y lo vacía de un trago. Marca un número. «Bien. Hombre o mujer?» El doctor susurra mujer. «¿Otra vez?» Otra vez- dice y aprieta el botón para llamar. Suenan tres timbres largos. «¿Sí? ¿Dígame?» Hernández cuelga. Hombre- dice. «Creo que era una mujer» Cómo una mujer- explota Hernández- cómo coño va a ser una mujer, ¿está sordo usted? «Me pareció una mujer» «Usted es imbécil» Señor Hernández- interviene Suárez- a mí también me pareció escuchar una mujer ¿Señores? -dice mirando a los otros dos jueces. Mujer, dice uno. Mujer, dice el segundo. «Era un puto hombre» «Señor Hernández, le ruego se relaje» «¿Que me relaje? ¿Cómo coño quieren que me relaje?» «Señor Hernández, estése tranquilo, pulse rellamada y comprobamos» Después de doce timbres sale el típico tono de espera agotada. No lo coge- dice el doctor como disculpándose. Se anula esta- dice Hernández triunfal. «Señor Hernández, una partida no puede anularse» «¿Qué mierda dice?» «Señor Hernández, le ruego por última vez que se tranquilice, las reglas son bien claras». Era un puto hombre, grita. «Le recuerdo que nadie lo obligó a jugar y que usted decidió someterse a las reglas y a los veredictos. Los tres jurados escuchamos una mujer. Debe pagar» La voz sonaba ligeramente amenazadora. Hernández separa de mala gana cinco montones rojos. «Esperamos controle sus exabruptos, por favor» Exabruptos- repite Hernández paladeando la palabra- exabruptos. Se levanta. Pasea por la oficina. Se quita la chaqueta y se sienta. «¿Marca usted doctor?» El doctor sonríe incómodo. Marca un número. «¿Pueden subir el aire?» «Señor Hernández, está a 17 grados» Se echa hacia atrás en el asiento. Esto ya es el colmo, resopla. ¿Veinticinco?- dice el doctor. Hernández duda. Enciende un cigarro. Pensativo le da un par de caladas. Setenta, dice. El doctor mira a Suárez que hace un gesto diciendo que se desentiende. Está bien, setenta- dice al fin el médico. «¿Hombre o mujer?» «Tío… un tío» Hernández se levanta de pronto y saca del pantalón un móvil vibrando. Lo siento, dice. Mira la pantalla. Lo siento, es muy importante. Se va a una esquina. Los otros lo miran en silencio. Discute a gritos con alguien sobre ventas y precios. Luego cuelga. Regresa a su sitio. Parece relajado. «Lo siento, era importante» «Caballeros esperamos no hayan más interrupciones» Lo siento- dice Hernández otra vez. «¿Continuamos?» «El número está marcado, ¿verdad doctor?» El médico asiente. «¿Dije hombre?» «Hombre» Aprieta el botón de llamada. No ha terminado de sonar el primer timbre cuando una voz grave dice «¿Qué pasa?» Hernández da un brinco. «¡Sí cojones! Venga esos setenta. Así se gana esta mierda y no con niñerías» El doctor mueve la cabeza confundido. «Otra más que estoy de suerte, cien a esta» El doctor mira al Suárez. «No tiene que aceptarlo, con veinticinco ya basta» «Déjele hombre, venga doctor, juega o qué» Juego- dice. Hernández marca un número. «Tío o tía?» Hombre- dice el doctor. Varios timbres después salta un contestador. Anulada- dice Suárez. Marque otra vez. Hernández marca. El doctor dice «hombre» y aprieta el botón. Tres timbres después responde una voz femenina diciendo buenas tardes y el nombre de un bufete de abogados. Hernández ríe. El médico aparta varios montones rojos y los empuja al otro lado de la mesa. Hernández cuenta sus fichas. «Estamos como al principio doctor. Igualados». Se sirve un trago. Otra vez se levanta y pasea. El médico lo mira sin decir nada. Lo haremos así, dice Hernández empujando a la mesa todas sus fichas. El doctor niega. Mira nervioso a Suárez. «No pasa nada hombre, ya estoy aburrido de esto. Llevamos aquí cuántas horas. ¿Cinco? ¿Nueve?» Siete horas- dice uno de los jueces. «Pues eso, siete horas y estamos igual que al principio» Les recuerdo señores- dice el Suárez mirando a Hernández - que los veredictos son inapelables. Sopesen bien lo que se están jugando. Es mucho dinero- dice el doctor. Es todo- dice Hernández- cara o cruz, todo o nada, usted es o no es jugador. ¿No decía que buscaba emociones? Nunca he hecho algo así- dice el medico- nunca. Le toca a usted marcar. El doctor se alisa los cabellos con las manos, restriega sus ojos, suspira. Quizás sea lo mejor, dice resignado y tira todas sus fichas sobre la mesa. Una chica ahora, dice Hernández. El medico cuenta en voz alta cada uno de los seis timbres que suenan. «Dime» La voz es clara, limpia, de hombre. Suárez lo mira inquisitivo. Hernández dice sí con la cabeza. «Pues ya está. Ya no hay más» El médico se levanta, no parece feliz. «Nunca fui un hombre rico ¿sabe?» Ahora casi lo es- dice Hernández. «Siempre trabajé duro… nunca había jugado… me dio de mayor… tengo un hijo… de su edad más o menos» «No tiene que sentir pena doctor, la vida es así» Uno de los jueces abre una maleta con billetes. «No es necesario contarlo otra vez doctor, apartaremos nuestra parte» El médico asiente apesadumbrado. Hernández se sirve whisky. Está tirado en el sillón. Grave. Inmóvil. Lo escoltamos a casa doctor- dice Suárez. Se dirigen a la puerta. Hernández no se ha levantado «¿Caballero?» «Me quedo un rato más señores, si no es molestia» Muy bien- dice Suárez- buenas tardes.

martes, 25 de noviembre de 2008

Decálogo menos uno
(Novenálogo)

1- No te duches en tres días. Seguramente tendrás un trabajo más o menos cómodo y coincido contigo en que este es el punto más difícil de la lista. Si te resultara imposible solicitar unas breves vacaciones para convertirte en escritor, no te duches el viernes ni el sábado y espera a la noche del domingo para completar la jugada.
2- Bébete un par de cubatas, si no soportas bien el alcohol puedes ponerle mucha cocacola pero recuerda que lo más importante no es estar borracho si no oler a alcohol. Si fuese necesario puedes derramar la ginebra más barata que encuentres sobre tu ropa.
3- Monta un show en un bar repleto de chicas guapas y rompe un vaso (has de elegir algún bar en el que no haya ningún camarero boxeador que pueda arruinar tu nariz, estos tíos no suelen ser amantes de la literatura hard)
4- Regresa a casa, escribe veinte cuentos en primera persona donde el personaje no se duche, sea pobre, orgulloso y muy talentoso, reniegue publicar, se emborrache y dé escándalos en los bares pijos, se pelee con los camareros y se folle a todas las pijas del bar (naturalmente corriéndose en la cara de cada una). No olvides que tu personaje debe también cagar y vomitar en cada historia. Comprobarás que cuando tienes material interesante eso de escribir es bastante sencillo.
5- Si tus relatos no te parecen suficientemente innovadores quítale las mayúsculas y la puntuación, eso es siempre escandaliza.
6- Si encontraras editor y te dice que vuelvas a puntuar, hazlo pero a tu manera. Eres caótico, no puedes evitarlo.
7- Deberás decir que lo tuyo es el realismo sucio pero recuerda que no te molan bukowski, ni miller ni nadie que mencionen, tú sólo escribes de tu vida, en verdad nunca te ha molado leer. Debes subrayar que repetiste tres veces tercero de primaria, eras un inadaptado desde tu temprana infancia.
8- Si no encuentras editor hazte un blog y deja comentarios incendiarios en los blogs de los burgueses.
9- Cuándo algo no te salga bien has de repetir: es que yo siempre he sido un maldito tío.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Disclaimer.

Hace unos días hablaba de minicuentos y de que en general no me gustaban. Decía que el dinosaurio de Monterrroso me parecía una tomadura de pelo, algo así. A manera de reafirmarme en mis convicciones recordando aquello de que cada regla tiene su excepción os copiaré aquí un cuento de poquísimas líneas del que me enamoré a primera vista y que nunca me he podido sacar de la cabeza.

En el insomnio
El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un cigarrillo. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormir. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que en seguida tome una taza de tilo y que apague la luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al médico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revólver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre está muerto pero no ha podido quedarse dormido. El insomnio es una cosa muy persistente.

Virgilio Piñera

martes, 18 de noviembre de 2008

Otra historia absurda

Un tipo regresa a casa tarde en la noche.
Viene de trabajar (escoge tú mismo la profesión: camarero, recepcionista de hotel, vigilante, no importa)
El tipo se encuentra a una chica llorando tirada en el suelo, recostada a la pared de una iglesia (puede ser incluso de la Iglesia de la Mercè)
Le pregunta qué pasa.
La chica es extranjera, está borracha, se ha perdido.
El tipo se desvía de su ruta y acompaña a la chica a su hotel.
Regresa a su casa.
Lo asaltan y lo matan.

¿Es una historia con moraleja? ¿Dado dos hechos consecutivos debemos pensar que uno es causa de otro? ¿Debemos pensar que el autor quería decir que no vale la pena ser bueno? ¿Quizás el autor sólo quería dar a entender que la vida es absurda, hablar del azar?

viernes, 26 de septiembre de 2008

Clásicos.

Hablaba hace unos días con una amiga que decía sólo leer clásicos. Me pareció curioso. Yo he leído mucho pero mal. Mucha novela de espías, de policías, de aventuras, pero pocos clásicos y siempre me digo que tengo que sentarme y comenzar con todas las cosas que se supone debería haber ya leído.

Por un momento sentí envidia de mi amiga. Más tarde llegaron las dudas.

No puedo revisar completa la historia de la literatura pero creo recordar que lo que ahora llamamos «los clásicos» eran en su tiempo best sellers (hablo de la literatura anterior al siglo XX) Homero, Virgilio, Boccacio, Ravelais, Cervantes, Balzac, Dostoyevski, no recuerdo si también víctor Hugo, Tolstoi, Flauvert.

¿Qué quiero decir con esto? Que quizás cuando despreciamos determinada literatura por ser popular nos estamos perdiendo lo que mañana será leído con devoción.

Naturalmente, además de los antes mentados, habría muchas estrellas que se apagaron sin dejar rastros.

Otra vez a lo mismo.

Cómo separar el grano de la paja...

chi lo sa.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Breve.

¿Me molestan los microcuentos? En absoluto. Me parecen un ejercicio de astucia, un destello de ingenio (cuando son buenos, claro) pero nada más. No creo que alguien vaya a comparar El Dinosaurio con Los Asesinos. Cuando Mario dice que El Dinosaurio es uno de los mejores cuentos jamás escrito sonrío y supongo que es humor o el pago de una oscura apuesta.

Creo recordar que Nicolás Guillen en su primer libro de poemas, en los años veinte, dice algo así como:

Nunca he escrito en un verso la palabra bicicleta
Ahora lo remedio:
Bicicleta

Te puede gustar, lo puedes encontrar ingenioso, pero... ¿te imaginas todo un libro así? ¿Te imaginas toda una obra así? El tipo, ya abuelete, sonriendo, barba blanca, con veinte o treinta libros escritos, dos mil o tres mil páginas, cada una con dos o tres versos. Todo igual, en plan:

Cuando dijeron
Un clavo saca a otro
Nunca imaginé
Que podrían
Los dos
Quedar
Adentro

Igual te dan hasta el Nobel pero eres un poco vago ¿no?

Breve.

¿Me molestan los microcuentos? En absoluto. Me parecen un ejercicio de astucia, un destello de ingenio (cuando son buenos, claro) pero nada más. No creo que alguien vaya a comparar El Dinosaurio con Los Asesinos. Cuando Mario dice que El Dinosaurio es uno de los mejores cuentos jamás escrito sonrío y supongo es humor o el pago de una oscura apuesta.

Creo recordar que Nicolás Guillen en su primer libro de poemas, en los años veinte dice algo así como:

Nunca he escrito en un verso la palabra bicicleta

Ahora lo remedio:

Bicicleta

Te puede gustar, lo puedes encontrar ingenioso, pero... ¿te imaginas todo un libro así? ¿Te imaginas toda una obra así? El tipo, ya abuelete, sonriendo, barba blanca, con veinte o treinta libros escritos, dos mil o tres mil páginas, cada una con dos o tres versos. Todo igual, en plan:

Cuando pensé

Un clavo saca a otro

Nunca imaginé

Que podrían

Los dos

Quedar

Adentro

Igual te dan hasta el Nobel pero eres un poco vago ¿no?

martes, 16 de septiembre de 2008

Huevos de Oro.

¿Qué es el arte? ¿Quién dice en el arte qué es valido y qué no lo es? ¿Hoy Damien Hirst ha vendido su Becerro Dorado por 13 millones de euros. ¿Podríamos deducir de esto que es un gran artista? Supongo que no. ¿Pero si lo que se hubiera vendido por ese precio fuera un Picasso querría esto decir que Picasso es sólo un artista comercial? Espero que todos aceptemos, como un axioma, que el valor de el arte no es directamente proporcional a su precio en el mercado.

¿Quién fija pues el valor del arte? ¿El pueblo como en el realismo socialista (el pueblo en general quería decir los comisarios políticos)? ¿Las masas como en la televisión o la música? ¿Los curadores y las revistas que generalmente tienen intereses comerciales en el tema (en general a mayor valor se puede sacar mayor precio)? ¿Los millonarios que compran esto o lo otro dependiendo de el vaivén de sus gustos, del mercado, del asesor de turno (a veces curadores o directores de revistas)? ¿La historia que seguramente ha olvidado a grandes y encumbrado a infames? ¿Otra vez la historia que durante siglos dice «esto es valido» y luego vuelve a olvidar y luego otra vez a recordar, etcétera, dependiendo de enciclopedias, movimientos, masas, comisarios, curadores, revistas y millonarios?

¿Todo es valido? Como terapia igual sí pero como arte supongo que no. De cualquier modo tú tienes derecho a pensar que eres un artista, a decirlo, a vivir, exhibirte y venderte como tal pero los otros también tienen derecho a decirte cosas que quizás no querrías oír.

¿Entonces cómo separar el polvo de la paja?

No sé… ¿en verdad hace falta?

Si vas a un museo o abres un libro con el mínimo inevitable de prejuicios y lo que ves te golpea, te inquieta, te emociona o te entretiene seguramente para ti eso será una obra válida y da igual si es arte o no. El resto sólo es humo.

miércoles, 16 de julio de 2008

En la que se explica lo que piensa el artista antes del desayuno.

A nadie se le escapa que la expresión todo es relativo es bastante absoluta. Quizás pueda mejorarse diciendo que todo es relativo menos este pequeño axioma absolutista pero sería hacer la misma trampa que Descartes. Le he estado dando algunas vueltas a esto y me he divertido imaginando monólogos rollo club de la comedia: "viene el tal Einstein y dice: ey te sabes el chiste aquel de la relatividad, etc etc", humor fácil.
No es que me haya levantado físico ni filosófico, sólo pensaba en el arte y en lo que es bueno o malo, genial o prescindible, valido o tramposo, demagogo o legible. Ya sabes las reflexiones normales que todos hacemos cada mañana.
El equivalente al todo es relativo en la literatura aparece en el ensayo de Borges sobre los clásicos. Jorgito viene a decir que un libro, para que sea clásico, no debe tener ninguna cualidad determinada sino que sea leído y repetido con devoción por el género humano a través de los siglos. Es decir, puedes fabricarte un best seller y tener la suerte de venderlo bien, puedes hacerte escritor millonario y salir en las revistas al lado de políticos y play boys, pero sólo podrás escribir un clásico de chiripa.
Quizás dentro de 500 años se acuerden de Reverte y olviden a Borges. Esto, lejos de ser un triunfo para el señor Arturo, también será relativo. 500 años después quizás se redescubra a Borges y se olvide a Reverte. Recuerda que Bach estuvo casi 100 años sin tocarse y de no ser por el Mendelssohn de la marcha nupcial nos faltaría el que ahora se considera el más importante de los músicos barrocos. También influye la política, claro. Pregunten si no a los hermanos Machado cómo te eleva o te hunde el vaivén de la historia.
Hace poco leí una entrevista a Vargas Llosa en la que decía que antes se escribía para ser inmortal, que la ambición de los escritores era alcanzar la eternidad a través de la obra de arte perfecta y que hora sólo se escribe para gustar.
¿Tú estas con Don Mario o con los otros?
Prefieres forrarte ¿verdad?
Yo también.
¿Y don Mario? ¿Ha conseguido las dos cosas? ¿Será inmortal?
No sé, no sé.

lunes, 14 de julio de 2008

Prestado y sin permiso.

Tom Waits cantaba algo como:

La mula del hombre del hielo está aparcada fuera del bar donde un tipo al que le faltan algunos dedos toca una extraña guitarra, y un enano alemán baila con el hijo del carnicero, y un poco de lluvia nunca hizo daño a nadie.
Dice Waits en una entrevista que su mujer le comentó:
- ¿Por qué tienes que quitarle los dedos? ¿Por qué no puedes dejarle tocar la guitarra como un tipo normal en un bar? ¡Dios! ¿Y por qué tiene que ser el alemán un enano? Y si lo es, ¿por qué tenemos que saberlo? ¡No es una película!
- Pero cariño- se defendía Waits- a veces tienes que encoger a la gente, arrancarles algún miembro. Es sólo una licencia artística.

Siempre me han interesado los límites entre esas licencias y lo que tienes que justificar, la frontera entre la razón y la inspiración. Me fascina el Poe de Filosofía de la Composición explicando paso por paso cómo fabricó su poema El cuervo.

Os haría un pequeño ensayo sobre Poe, The Philosophy of Composition y The Raven, para que me amarais y alabarais mi inteligencia pero primero tendría que leerlos.
ja!
un beso
Nevermore

PD.
Por cierto, este fragmento de entrevista lo robé de otro blog.

viernes, 27 de junio de 2008

Beckettiana

I

Siempre he pensado que el arte debe ser autoreferencial. No deberías necesitar saber algo acerca de una obra, de su autor, momento histórico o conexiones subterráneas con otras obras para apreciarla, degustarla, disfrutarla, juzgarla, “entenderla”.

II
- Ya debería estar aquí.
- No aseguró que vendría.
- ¿Y si no viene?
- Volveremos mañana.
- Y pasado mañana.
- Quizás.
- Y así sucesivamente.
- Es decir…
- Hasta que venga.
- Eres implacable.
- Ya vinimos ayer.
- ¡Ah no! En eso te equivocas.
- ¿Qué hicimos ayer?
- ¿Que qué hicimos ayer?
- Sí.
- Me parece… Para sembrar dudas eres único.
- Creo que estuvimos aquí

III
Supongo que si te borraran las referencias literarias y tu vecino te entrega Esperando a Godot mecanografiado a espacio y medio, en hojas gastadas y con manchas de café, y te dijera que la acaba de escribir no pensarías que es un genio. Seguramente le comentarías que sabe manejar el idioma, que en ocasiones es poético, que es gracioso pero, por favor, chavalote, no se pueden escribir cientocincuenta folios sin un tema, como broma está bien pero más cortica, igual hasta tienes futuro pero please no te comas tanto la olla.

IV
¿Qué nos hace buscar mensajes ocultos en determinada literatura? ¿Quién nos dice que en verdad tras los diálogos de Vladimir y Estragon hay un mensaje arcano que tiene que ver con nosotros? ¿Buscamos porque otros han buscado, por que nos han dicho que hay más o realmente por convencimiento? ¿Estaba tan ciego Gide cuando rechazó En Busca del Tiempo Perdido? ¿ Estaban ciegas las editoriales italianas que se negaron a publicar El Gatopardo? ¿Estaba ciego Cortázar rechazando a Manuel Puig?

viernes, 20 de junio de 2008

Exornando

En diciembre de 98 (el siglo pasado) vi en El festival de La Habana el filme danés Los Idiotas. Me sorprendió bastante aquella cámara que se movía tan inquieta. Me reí toda la primera parte y luego me fui poniendo serio a medida que la historia avanzaba y cambiaba de tono. Me encantó. En un momento de la película se ve un micrófono asomarse al descuido en una esquina de la pantalla, luego el "error" se repite, después se hace aun mayor, y ya en alguna parte se ve el operador del micro y no recuerdo si también a algún cámara. Lars von Trier nos está diciendo, ey esto es sólo una peli. Es sólo ficción.
Hay toda una corriente en la literatura que intenta suspender nuestra incredulidad y hacernos creer que todo lo que cuenta es cierto. ¿Recuerdas los usos de la primera persona? ¿El citar fechas, hechos históricos reales y colar la ficción dentro? ¿Recuerdas a Flaubert y su narrador invisible? Otros, en cambio quieren que sepas que sus cuentos son cuentos y nada más que cuentos. Kundera, por ejemplo, va comentando en alguna de sus novelas los recovecos de cada acción de sus personajes.
Mira el comienzo de El tema del traidor y el héroe, de Jorgito Borges:

Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así.

¿Tú como te lo montas? (ahora ya no hablo de literatura, claro, sino de cosas importantes, qué me importa a mi se escribes en primera o en quinta o si asomas micros por las esquinas de tus folios) ¿Llegas a fin de mes? ¿Prefieres cerveza o cubatas? ¿Te gusta más estar arriba o debajo?

Pd:
¿Alguien sabe qué mierda es exornador?

jueves, 12 de junio de 2008

Cuentecillo.

Estoy abúlico. Me suele pasar. Hace varios años no termino un relato que valga la pena. Pronto espero salir de esto. De momento, si a alguien le apetece leer un cuentecillo os dejo un link. Es de cuando era una joven promesa. Imprimidlo. Es un poquitín largo para leerlo en la pantalla. Si os va bien me dicen qué les parece.
Abraçadas.

martes, 27 de mayo de 2008

Corrigiendo

Hace un par de semanas publiqué una entrada comentando que me había atascado en la revisión de un cuentito. Me han escrito un par de comentarios con sugerencias. Ayer cuando volvía del trabajo revisaba mis papeles y tuve un alumbrón. La solución fue cambiar un poco la construcción de la frase. Me ha gustado. La encuentro elegante, pero para gustos… ya se sabe.
Ahí les dejo el fragmento, el relato aún no lo he terminado. Para que se entienda algo, el cuento lo narra el marido de la chica:

Se desnudan cada uno por separado, sin prisas, como si estuvieran quitándose la ropa para bañarse o irse a dormir. Sólo le advierte «no te corras en mi boca, no me gusta». Él pregunta si tiene condones. Siempre tomo la píldora, es la respuesta. Se besan, se acarician despacio. Espera, dice ella y se levanta. Pablo escucha los cierres de la puerta de la calle. María regresa. «Ahora estoy más tranquila». Pablo no puede apartar de su mente la idea de estar haciendo algo malo. Una mujer casada gime desnuda sobre él en su propia cama de matrimonio. Es excitante pero a la vez siente un poco de rechazo. Ella suspira. «Llámame puta, dime lo puta que soy.» Él piensa en el niño, en qué pasaría si viene ahora y abre la puerta, me imagina a mí llegando, estudia dónde puede esconderse, dónde tiene la ropa, qué hacer. Quizás ella quiere quedar en estado para luego exigirle algo, en verdad no la conoce, es posible que esté loca, todo lo que ha contado tal vez sea mentira, puede tener el sida, piensa que podrían haber vecinos espiando.

Pd:
El final del párrafo no me acaba de convencer. Ese “puede - piensa - podrían” igual luego cambio algo más. Soy un poco paranoico con estos temas.

lunes, 26 de mayo de 2008

Numerados

I
No estoy seguro si era en “Diecisiete instantes de una primavera” o en “El escudo y la espada”, novelas rusas de espías, que leía de niño y voto a tal (como diría Reverte) que son muy buenas. El caso es que en una de ellas (o quizás en alguna otra) una espía rusa embarazada que se hacía pasar por alemana es descubierta al dar a luz pues con los dolores del parto no puede impedir gritar en su idioma natal.

No sé si esto es científicamente probable pero al menos es poéticamente maravilloso.

II
También leí en algún Kundera, que en su opinión (o en opinión del personaje que narraba la historia) lo que nos ata a nuestro lenguaje son las malas palabras, los tacos, las voces prohibidas.

III
Una amiga argentina me comentó un día que las palabras de sexo en español le parecían ridículas que ella para excitarse tenía que follar en argentino (coger). Yo le hice notar que posiblemente un español se descojone de risa si le dices pija a su polla.

IV
Clítoris, me parece una palabra horrible, parece una definición técnica, cosas de médicos. Vaya mierda de lenguaje que hablamos en el que no hay palabras para definir las cosas importantes.


Te molan estos temas del lenguaje y tal? Venga, léete este cuentito más o menos largo y me dices qué te parece .
Imprímetelo en el curro a cuenta de la empresa que leer en la pantalla es bastante jodido.
Va sobre el amor las palabras, el silencio.


PD:
Un amigo me pasa las bases de un concurso de videos. Lo estoy leyendo. Dice:

El jurado elegirá el ganador el 5 de Septiembre de 2008.
El fallo de susodicho jurado será inexpugnable.

Vaya, que nadie lo podrá conquistar.
jajajajajajaja

viernes, 23 de mayo de 2008

Los otros

Tengo dos amigos muy cercanos, dos tipos sin los que los últimos años hubiesen sido extremadamente oscuros.
Al resto no los veo desde el 2001, a algunos desde antes. El tiempo sigue corriendo y no sé si en realidad va a favor de los pequeños.
Hace unos meses encontré en mi buzón electrónico un correo hermoso:

Asunto: Noticias de Martín Mateo
De: Alexis Romay"
Fecha: Dom, 25 de Marzo de 2007, 11:10 pm

Regaló su graffiti a Barcelona,
se escurrió por las calles de La Habana
(dicen que tuvo líos con La Aduana,
que por poco lo mandan a la lona).

Cantó en las madrugadas. Tuvo un hijo,
varias mujeres y amigos distantes.
Preguntó: «¿de dónde son los cantantes?».
La respuesta fue más un acertijo.

Hoy lo buscan en Calgary, en Nevada…
lectores que son cómplices y esquivos.
Gemelo del distante Antonio Arazo,

este Martín, sin Fierro, es la fachada
de un poeta que habita mis archivos.
A Tony y a Martín, aquí, un abrazo.


pd:
No sé que me pasa, no suelo postear sobre temas personales. Supongo me afecta el otoño.
Un abrazo.

lunes, 12 de mayo de 2008

Homey

¿Sabes cómo comienza la Odisea?

Háblame musa de aquel varón de multiforme ingenio que después de destruir la sacra ciudad de Troya anduvo peregrinando largísimo tiempo, vio las poblaciones, conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el ponto en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria.

Me dirás qué importa. Yo contesto que nada. Eso no importa nada. Podía comenzar diciendo cualquier otra cosa, daría igual. Lo realmente curioso es que comienza con Telémaco, el hijo de Ulises.
Cuando piensas en la odisea piensas en Penélope tejiendo y destejiendo, en la matanza de pretendientes, en Polifemo, en Argos. Pero los cuatro primeros cantos son de Telémaco que ya es mayor, quiere noticias de su padre y logra reunir un puñado de hombres para que lo acompañen a buscarlas.
Los pretendientes se preocupan. Un chico de 17 años que se arriesga en bote por el mar hacia lo desconocido ya no es un niño y un día puede cabrearse y cargárselos a todos. Esto pasa en cuatro capítulos (cantos) unas ochenta páginas en el libro, los pretendientes se conjuran entonces para emboscar al chico y matarlo. El canto número cuatro concluye así:
ya los pretendientes se habían embarcado y navegaban por la líquida llanura, maquinando en su pecho una muerte cruel para Telémaco. Hay en el mar una isla pedregosa en medio de Itaca y la áspera Samos que no es extensa pero tiene puertos de doble entrada, excelentes para que fondeen los navíos; allí los aqueos se pusieron en emboscada para aguardar a Telémaco

Entonces comienza el canto número cinco: Asamblea de los dioses en el Olimpo, y luego el capitulo número seis, la historia de Ulises.
¿Entiendes lo que pasa? Unos ocho siglos años antes de cristo, dosmilochocientos años antes de Hitchcok, Homero, el ciego, hace un alarde de suspence. Imagina a los griegos sentados en el suelo ante el aeda esperando saber qué pasaría con Telémaco.
Más les valía ser pacientes. No es hasta el canto XV cuando se habla otra vez del muchacho.

En fin, que deberíamos pensarlo varias veces antes de decir la palabra original cuando hablamos de literatura ¿No crees?

pd:
La traducción de la Odisea es la de Segalá y Estalella, a mi me mola ¿a ti?

domingo, 11 de mayo de 2008

words words words

Estoy escribiendo un cuentecillo. Hace tiempo. Son unas diez páginas a 1,5 líneas. Está casi terminado. Corrigiendo me encontré un pequeño problema:

Pablo no puede apartar de su mente la idea de que está haciendo algo malo. ------ con una mujer casada en su cama de matrimonio.

El tal pablo y la mujer casada están... ¿cómo diría? Ese es el problema ¿follando? Haciendo el amor definitivamente no, se acaban de conocer y no se aman. Pero follando no es la palabra, no es una palabra que me disguste pero no creo que deba ser la que diga en ese momento mi narrador. Fornica no, suena a pecado, iglesias. Puedo poner tiene sexo pero da idea de algo técnico, no de algo que estés disfrutando ¿verdad? Se enrolla o se enreda tampoco, es demasiado vago, no me convence. ¿Abraza? en realidad no se siente mal porque la abrace. ¿Penetra? nooooooo, ¿Yace? ¿Se acuesta? bah

¿La solución? No la tengo (tampoco es que esté pidiendo ayuda, sólo quería comentar lo complicadas que son a veces las cosas sencillas) cómo lo resolveré, no sé, me ha pasado en otras ocasiones. Si no encuentro la palabra adecuada hay dos opciones, cambiar la construcción de la frase para evitar decir esa palabra o mandarlo todo a la mierda y que el bueno de Pablo no tenga la idea de que está haciendo algo malo por estar ------ con la mujer casada.

Pd:
Mi chica pondría se la está tirando, no lo había pensado pero tampoco me gusta (esto, naturalmente, me ha costado una pequeña discusión)

besos y abrazos según corresponda

domingo, 27 de abril de 2008

Tiempos

Y veo en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y veo a un ángel poderoso que pregona a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
Y nadie, en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, puede abrir el libro, ni aun mirarlo.
Y lloro yo mucho, porque no se ha hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Y uno de los ancianos me dice: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha venido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

Es la biblia, claro, y es el apocalipsis (5.1). Sólo un detalle, el original está escrito en pasado: vi en la mano derecha... vi a un ángel poderoso. ¿Hay alguna diferencia? En este caso quizás no, aunque creo que gana fuerza el presente, la sensación de inmediatez, la ilusión de que lo que se cuenta va sucediendo mientras lees.

En cuanto a tiempos hay tres formas de contar, tres formas en las que puede situarse el narrador con respecto a su historia. En presente, en pasado y en futuro. Naturalmente hay matices. Y cada una de estas formas da una sensación diferente. La forma canónica de contar siempre fue en pasado, los había una vez.

Haz un pequeño ejercicio. Intenta leer tu historia favorita contada en otro tiempo verbal. ¿Hay diferencias? Ahora, cada vez que las cosas se atasquen piensa en si lo que escribes debería ser contado de otra manera, desde otro punto de vista. Algo así a veces puede ayudarte.

viernes, 25 de abril de 2008

Borrones

Leía Corsarios del levante de Arturo Pérez Reverte cuando me topé con esto:

Arriba, en lo que había sido cámara de boga y ahora era revoltijo de sangre y escombros, galeotes vivos y muertos gemían encadenados entre los restos de sus bancos y los pedazos de arboladura, jarcia y remos.

¿Los galeotes muertos también gemían? Qué bueno ¿no? Me recordó el rucio de Sancho que aparece y desaparece en el primer Quijote. No digo que a cualquier escritor no se le pueda escapar un detalle así en un libro de trescientas páginas, lo que me extraña es que no lo hayan visto los editores, correctores y toda la banda. ¿Quizás es que ya habían arreglado demasiadas cosas? Nooooooooooo, era sólo una broma, no quiero ser malo. Sé que no tiene importancia pero a mi me hizo mucha gracia.

jueves, 24 de abril de 2008

Ale

Me encanta un tipo que puede hacer oraciones de diez líneas sin despeinarse, todas llenas de puntoycomas y volutas. Me encanta leer cañada, ofidiólatras, vituperios, agoreros, garañones, solaz, rigodón, chifonías, barragana, egregios, albur, dispendiosas, odrecillo, encapera, jaculatorias, sansulpicianos, singladura, pilastras. Me seducen frases como diez mulatas de enaguas azules piaban a todo trapo, con gran tremolina de hembras al viento.
Siempre he pensado que tener un estilo es de muy mal gusto, que el estilo es algo que nos inventamos para ocultar nuestras carencias, que cada historia debería ser contada a su propio modo, que deberíamos podernos adaptar nosotros a lo que escribimos y no viceversa.
Pero nada, ya se sabe, somos humanos.
De cualquier forma, cuando necesito -o creo que mi historia necesita- alargar las frases y juguetear con la pluma (en mi pueblo decimos pluma y no boli) me gustaría escribir algo parecido a las oraciones alambicadas de Alejito, aunque claro, no lo consigo.
Tampoco he sabido decir nunca la R francesa.

viernes, 18 de abril de 2008

Traducciones

Fue una gran putada lo de la Torre de Babel. Cada vez que pienso en las miles de cosas que me pierdo por no saber una determinada lengua (que es quizás la única forma real de comenzar a comprender una determinada cultura) me da bastante pena.

Pues eso. Desde aquel asunto con dios y la torre, los mortales hemos tenido que recurrir a los traductores.

Me gusta Bob Dylan. Me gusta su música, su historia, su ser esquivo, su no terminar esa gira infinita. Me gustan sobre todo sus letras. Saborearlas mientras las “canto”, tararearlas, decir una frase de cada diez, guachiyuFIIIIILLLL laierrolinTÓN.

Pues bien. Un diario español hace unos meses vendía por entregas, con sus ediciones del fin de semana, la discografía del viejo Bob. Lindas encuadernaciones, fotos, artículos, las letras y... sus traducciones.

El disco Blonde on Blonde es de mis preferidos así que sin pensarlo mucho compré el diario y el CD. Llego a casa, lo enchufo, comienzo a leer...

La primera canción se llama Rainy Day Women #12 & 35 y dice:

Well, they'll stone ya when you're trying to be so good,
They'll stone ya just a-like they said they would.
They'll stone ya when you're tryin' to go home.
Then they'll stone ya when you're there all alone.
But I would not feel so all alone,

Everybody must get stoned.

Lo había visto traducido de muchas maneras, stone es piedra, y como verbo puede ser apedrear o lapidar por lo que debería ser más o menos:

te apedrearán cuando intentes ser bueno,
te apedrearán tal como dijeron que lo harían,
te apedrearán cuando intentes irte a casa,
te apedrearán cuando allí estés solo,
pero yo me sentiría tan solo,
todo el mundo debería ser apedreado.

Para mi sorpresa la traducción del diario decía:

te zumban cuando intentas ser honrado
te zumban y además te avisan
te zumban cuando vas para tu casa
te zumban cuando estas hecho una pasa
pero yo no estaría consternado
todo el mundo va a acabar zumbado

Hombre... zumbar quizás sea sinónimo de golpear pero es realmente una palabra horrible ¿o no? Pero… ¿y lo de la pasa? ¿es sólo para que rime con casa? ¿Y el final? ¿Zumbado no es sinónimo de loco? ¿Eso donde lo dice en la canción? ¿Tiene un traductor derecho a inventar? Apagué la música. No seguí leyendo. En fin… ¿Vale la pena leer traducciones? Posiblemente no pero qué le vamo a hacé. Hay que joderse. La próxima vez habrá que pensarlo más antes de ponernos a fabricar una torrecita.

Por cierto, dice mi chica que quizás traducir esos “they'll stone ya” como “te joderán” podría ser adecuado.

miércoles, 9 de abril de 2008

Test para escritores II

¿Eres un escritor comprometido?

1. ¿Qué es para ti un escritor comprometido?
a- Un escritor que vive su tiempo como un ser socialmente activo.
b- Otro idiota latinoamericano.
c- Uno que como no sabe escribir y necesita llamar la atención de alguna forma.

2. ¿Debe un escritor ser comprometido?
a- Si.
b- No.
c- ¿Qué es para ti un escritor comprometido?

3. ¿Debe ser comprometido un albañil?
a- Si.
b- No.
c- ¿Compromequé?

4. ¿Crees que las opiniones de un escritor influyen en la calidad de su obra?
a- Si.
b- No.
c- No estoy seguro.

5. ¿Qué opinión te merece como pintor el malagueño Pablo Picasso?
a- Un genio.
b- Con él comenzó el fin de la pintura.
c- Nunca he sabido por qué dicen malagueño si sólo vivió en málaga diez años.

6. ¿De haber tenido la oportunidad te hubiese gustado ser amigo de Picasso?
a- Naturalmente.
b- Yo con los comunistas ni en pintura.
c- También me lo hubiera tirado.

7. ¿Maltrataba Picasso a sus mujeres?
a- ¿Eso lo leíste en HOLA?
b- Nunca.
c- Sólo a veces.

8. ¿Has oído hablar de Leni Riefenstahl?
a- ¿Eso cómo se pronuncia?
b- Claro hombre, estudiamos juntos.
c- Ni idea.

9. ¿Que opinas de su obra?
a- Otra nazi de mierda.
b- Una gran artista.
c- Una inocente trabajadora del celuloide.

10. ¿Has leído La Divina Comedia?
a- Si pero me río más con Jim Carrey.
b- ¿Quién es Jim Carrey?
c- Si, en italiano medieval (naturalmente)

11. ¿Dante era Güelfo o Gibelino?
a- Güelfo.
b- Gibelino.
c- Del atleti.

12. ¿Crees que dentro de 150 años alguien conocerá las ideas políticas de García Márquez?
a- ¿Cuáles son las opiniones políticas de García Márquez?
b- El partido es inmortal y eterno.
c- Ya sé a dónde quieres ir a parar hereje de mierda.

13. ¿Crees que dentro de 150 años alguien recordará qué opiniones políticas tenía Borges?
a- Borges no tenía opiniones políticas.
b- ¿Borges el nicaragüense?
c- ¿Es verdad que la palabra borges es familia de burgo, burgués, etcétera?

14. ¿Crees que dentro de 150 años alguien recordará qué opiniones políticas tenía Céline?
a- En 150 años no existirá el mundo.
b- Eres fan de todos los fascistas, tío.
c- ¿Y qué pinta aquí Céline Dion?

15. Has una lista con 5 obras de arte que crees estarán vigentes dentro de 150 años.

¿Sabes qué partido votaban sus autores? ¿Sabes qué opinaban de la homosexualidad? ¿Sabes qué opinaban de los temas raciales? ¿Sabes qué opinaban de la eutanasia? ¿Sabes qué opinaban de la pena de muerte? ¿Sabes si maltrataban a sus mujeres -o a sus hombres-? ¿Sabes si les gustaba el fútbol?

Cuenta las respuestas.
Otórgate tú mismo una puntuación.
Tómate otra cerveza.
Salud!

domingo, 6 de abril de 2008

Pulpa.

Todavía me estoy recuperando, dice Butch en la carta. Puedo imaginarlo. El boli en la mano, el cigarro; indeciso consulta el reloj de su padre, mira afuera, busca palabras. «Todavía me estoy recuperando.» No estoy seguro si habla de su última pelea o de la ausencia de Fabienne.

Butch Coolidge en todos los carteles. El torso desnudo, guantes rojos, cara de matón. Aspirante al título de los pluma. La luz, los gritos de la gente. El rostro del otro se va hinchando. Butch machaca, hace sangre, provoca conteos. El de la pajarita le levanta la mano. Los altavoces multiplican su nombre. Otra vez Coolidge vencedor.

Fabienne es una chica frágil y pálida. Muy linda. Fabienne se marchó una tarde de marzo.

La carta es inconexa. Cada vez cuesta más mantener el peso, dice, ha pensado en subir a welter «aunque ahí está de la Olla... bueno, ya sabes». Dice que va a dejar de fumar, que su costilla sigue bien, que hace calor en Knoxville, que leyó el libro.

Todavía me estoy recuperando, dice de pronto. No tiene sentido esa frase en la carta, se le escapó, quiso decir otra cosa, no sé.

Miro a Fabienne que duerme desnuda en mi cama. Recuerdo a Floyd Ray Willis. Pienso en Roger y en el bueno de Quentin.

jueves, 3 de abril de 2008

Lugares comunes.

No sé si todos coincidimos pero en general supongo que hay acuerdo en que una buena historia debe estar bien escrita ¿no? Sin embargo, qué quiere decir bien escrita es otro tema. Naturalmente los errores gramaticales son, en principio inadmisibles. Hay bastantes reglas de la lengua que dicen más o menos qué es correcto y qué no. Sintaxis y gramática, eso primero, pero... ¿y los lugares comunes?

¿Qué es un lugar común? Una combinación de frases demasiado trillada, es el equivalente literario de regalarle a una novia el poema XX de Neruda (no porque sea malo, sino porque si la novia tiene más de 20 años igual hasta se lo sabe de memoria).

Lo complicado de los lugares comunes es que están determinados por el tema cultural e incluso por el personal, quiero decir, lo que es un lugar común en un sitio no lo es en otro, incluso, lo que es un lugar común para una persona no lo es para otra. Por ejemplo, si en lugar de decir caña de azúcar digo dulce gramínea, quizás en España paso por alguien original pero en Cuba es un lugar bien común, también las lloviznas pertinaces, y otras muchas frases manidas por allá.

Es lo que tiene escribir en un idioma utilizado por tantos millones de personas en tantos lugares diferentes. Es la riqueza y la maldición del castellano, si escribieras en checo quizás fuera más sencillo (los problemas serían otros, supongo)

¿Y tú? ¿Cuáles son tus frases prohibidas? ¿La combinación de palabras que nunca usarías?

Pd: Supongo que mucha gente ni siquiera ha oído hablar del poema XX de Neruda. Mejor. Le dices a la chica que es tuyo. Así ligarás más fácil.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Talentos

Siempre he pensado que escribir es algo bien fácil. Me explico. Para pintar, hacer música, bailar, necesitas desarrollar habilidades que sólo se adquieren practicando. Un músico puede estudiar seis, ocho horas diarias en determinadas épocas, un bailarín o un actor otro tanto. La lengua escrita es una extensión de la oral. Teniendo en cuenta que todos hablamos… (claro, hablo de escribir bien, no de ser un gran maestro)

Naturalmente, saber relatar es algo que se aprende, pero sobre todo, lo más importante es evitar la autocomplacencia. Escribir buenos relatos tiene más que ver con determinadas maneras de pensar que con habilidades imposibles de adquirir. La escritura es algo que puedes “ensayar” mientras paseas, mientras comes, mientras trabajas en tu ganapán, algo impensable para un escultor o un arquitecto. Creo que lo fundamental es la autoexigencia. Da igual que vayas a mil cursos, te inscribas a talleres y tertulias, si no te lo tomas en serio no escribirás una sola línea buena.

Hemingway hablaba de tener el detector de mierda siempre a punto. Creo que eso lo principal en un escritor. Lo demás da igual.

lunes, 10 de marzo de 2008

De gustos

En las entrevistas, los grandes escritores siempre citan a los mismos: Cervantes, Chéjov, Dostoievki, Joyce, etcétera. Un día me gustaría hacer una encuesta sobre los libros "inconfesables" que encantan a esta gente. La "buena literatura" es, evidentemente una influencia. ¿Pero y la "menos buena"?
Leí El Padrino al menos cinco o seis veces. En todas las quinielas la peli de Coppola está entre las diez mejores de la historia del cine. Si consideramos que siempre se dice que el libro es mejor... pues nunca he oído hablar a nadie sobre El Padrino de Puzo (y la película sigue al libro punto por punto).
Me encantaría poder hacer esa encuesta, en plan voto secreto. Sería alucinante. Cambiaría un poco quizás nuestra idea de buena y mala literatura.
Tal vez Shakespeare fuera fans de Dan Brown, Borges de Corín Tellado o Kafka de Tom Clancy
… y tal vez viceversa.
Cualquiera sabe.

viernes, 7 de marzo de 2008

El Narrador IV

Mira el comienzo de Los Miserables, de Víctor Hugo:

En 1815, era obispo de D. el ilustrísimo Carlos Francisco Bienvenido Myriel, un anciano de unos setenta y cinco años, que ocupaba esa sede desde 1806. Quizás no será inútil indicar aquí los rumores y las habladurías que habían circulado acerca de su persona cuando llegó por primera vez a su diócesis. Lo que de los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo que hacen. El señor Myriel era hijo de un consejero del Parlamento de Aix, nobleza de toga. Se decía que su padre, pensando que heredara su puesto, lo había casado muy joven. Se decía que Carlos Myriel, no obstante este matrimonio, había dado mucho que hablar. Era de buena presencia, aunque de estatura pequeña, elegante, inteligente; y se decía que toda la primera parte de su vida la habían ocupado el mundo y la galantería.
Sobrevino la Revolución; se precipitaron los sucesos; las familias ligadas al antiguo régimen, perseguidas, acosadas, se dispersaron, y Carlos Myriel emigró a Italia. Su mujer murió allí de tisis. No habían tenido hijos.

¿De quién son las opiniones que he subrayado? Pues todo parece indicar que son de quien narra la historia. Prueba a leer lo mismo saltándotelas. ¿Hay diferencias? ¿Te molestan las opiniones de este narrador en tercera persona? ¿Te importan? ¿Es necesario para ti saber que “Lo que de los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo que hacen.”? ¿Y si no estás de acuerdo? ¿Enriquecen estas opiniones del narrador la historia? ¿La lastran? En cosas como estas solía pensar Gustave Flaubert. Él concibió un narrador que sólo narra, que no da opiniones, un narrador totalmente imparcial. Un tipo que no pretende aleccionar, que sólo dice lo que ve. Para muchos así nació la novela moderna:

Estábamos en clase de repaso cuando entró el rector seguido de un novel con traje de calle y de un bedel que llevaba un gran pupitre. Los que dormían se despertaron y todos nos pusimos de pie como si interrumpiéramos nuestra tarea.

El rector nos indicó que tomáramos asiento; luego volviéndose hacia el maestro le dijo a media voz:

- Señor Roger, le recomiendo a este alumno, ingresa en quinta. Si su trabajo y su conducta son meritorios lo pondremos con los mayores, como lo pide su edad.

El novel permanecía en el rincón, detrás de la puerta, de modo que casi no lo veíamos; era un muchacho del campo, de unos quince años, aproximadamente, más alto que cualquiera de nosotros. Llevaba los cabellos cortados en línea recta sobre la frente, como un cantor de aldea, y parecía modoso y muy confundido. Aunque no era ancho de espaldas, su chaqueta de paño verde con botones negros debía ajustarle en las bocamangas y dejaba ver, por la abertura de los puños, unas muñecas enrojecidas habituadas al aire.

Madame Bovary, 1857

jueves, 6 de marzo de 2008

Respuesta del anterior

Dice el bueno de Vladimir que:

Naturalmente, como habréis adivinado, el buen lector es aquel que tiene imaginación, memoria, un diccionario y cierto sentido artístico..., sentido que yo trato de desarrollar en mí mismo y en los demás siempre que se me ofrece la ocasión.

Como también habréis podido adivinar yo me incliné por pertenecer a un club de lectores, haber visto la novela en película, identificarse con el héroe o la heroína y definitivamente preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.

JAJAJAJAJA!!!!!!

(A los que han esperado impacientes la respuesta perdón por el retraso)

lunes, 3 de marzo de 2008

Según Vladimir

Selecciona cuatro respuestas a la pregunta «¿qué cualidades debe tener uno para ser un buen lector?»:

1) Debe pertenecer a un club de lectores.
2) Debe identificarse con el héroe o la heroína.
3) Debe concentrarse en el aspecto socioeconómico.
4) Debe preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.
5) Debe haber visto la novela en película.
6) Debe ser un autor embrionario.
7) Debe tener imaginación.
8) Debe tener memoria.
9) Debe tener un diccionario.
10) Debe tener cierto sentido artístico.

La respuesta (según Nabokov) mañana.

viernes, 29 de febrero de 2008

Sin que se entere Charly

Don Augusto duerme. Lo último que recuerda es su mano sosteniendo un vaso de Whisky. Mira, Tonito, decía, hay que ser breve, dos veces breve. El sueño es en colores. Pesadilla lisérgica de Disney. Danzan elefantes rosa. Danzan lobos. Danzan zorras y ovejas. Todos celebran al dinosaurio que baila en el centro. El dinosaurio es grácil. El dinosaurio es verde. El dinosaurio es hermoso, elegante, fúlgido, feliz. Dentro del sueño Tito ríe y aplaude. En algún momento comienza a hacerse la luz. Los espejismos se van diluyendo. Donde había bestias bailando sólo queda aire. Es lo normal. Son sueño los sueños. Pero cuando despierta aún ve al puto bicho. La madre, dice, tengo que llamar a Mario.

jueves, 28 de febrero de 2008

El Narrador III

No sé si quedó clara una cosa hace un par de días cuando hablaba de las voces narrativas. En ningún caso hay que confundir esa voz que nos cuenta la historia con el escritor físico. Quiero decir, cuando Cien años de soledad comienza "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo." Quien está diciendo estas palabras no es en absoluto Gabriel García Márquez, sino un "ente" narrativo, alguien de quien se sirve el escritor Gabriel García Márquez para contarnos la historia de la familia Buendía.

Cuando Herman Melville comienza Moby Dick diciendo "Llamadme Ismael", está dejando claro que a partir de ese momento es este Ismael quien deberá responder por lo que dice y lo que opina desde la primera persona gramatical en que narra.

Es más, cuando Bukowski relata en primera persona cosas que le pasan a un tipo llamado Bukowski, aun así, ese que narra no es el verdadero Charles Bukowski, nacido en Andernach, en agosto de 1920, si no una voz ficcional que usa el señor Bukowski real para contarnos una fábula, quizás muy semejante a su vida.

Un truco muy utilizado es usar la primera persona, combinándola con la descripción precisa de lugares reales y hechos reales, para, dentro de una ficción, suspender la incredulidad del lector. Es decir, hacerle que se involucre más, que se crea la historia, que se meta dentro pensando que lo que lee es mucho más que palabras.

¿Has visto esas pelis de miedo que siempre dicen basadas en hechos reales?

Pues eso.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Formas

Hay ficciones tan buenas que da igual la manera en que se cuenten. ¿Sabes la historia de Edipo? Layo, rey de Tebas tiene un hijo. El oráculo le dice que cuando crezca, va a asesinarlo y a casarse con su mujer. Layo manda a matar al niño pero el encargado de ejecutar esta orden siente pena y abandona al bebé en un bosque. Edipo es encontrado por un pastor que lo entrega a Pólipo, rey de Corinto. Edipo piensa que es hijo de Pólipo. Un día consulta el oráculo, le dicen que matará a su padre y se casará con su madre. Edipo huye para no cumplir la profecía. Por el camino se encuentra con Layo, su verdadero padre. Tras una discusión lo mata sin saber siquiera que ese hombre es el rey de Tebas. La esfinge, un monstruo mitológico, asolaba Tebas. Se decreta que quien la venza será proclamado rey y desposará a la reina. Edipo lo hace, es investido rey, se casa con la reina -su madre-, tiene con ella cuatro hijos. Tiempo después hay una plaga en la ciudad. La causa es que el asesino de Layo aun no ha pagado su crimen. Edipo se esfuerza por encontrar al culpable. Se descubre la verdad. Yocasta, su madre y mujer, se suicida. Edipo, se saca los ojos. Los tebanos lo expulsan de la ciudad.

No está mal ¿verdad? Siempre he pensado que una historia así puede ser escrita de cualquier forma. Empezando por el final y en flashback, contada desde Edipo, contada desde fuera, en presente, en futuro. Incluso que daría igual si el lenguaje fuera un galimatías ilegible o una colección de lugares comunes. La historia es tan buena que el relato no dejaría de ser genial.

Pero si quieres escribir un cuento sobre un tipo que camina por la calle y se entristece al darse cuenta de que se está haciendo viejo, entonces tienes que poner todo tus recursos en juego para que tu historia sea buena, creíble, profunda, conmovedora y sobre todo que no aburra.

Esto ya es más difícil. ¿No crees?

martes, 26 de febrero de 2008

El Narrador II

¿Entendiste lo de ayer? ¿De verdad? Pues lee lo que sigue:

Llegamos así al día en que tuvimos las pruebas de que la imagen de Glenda se proyectaba ahora sin la más leve flaqueza; las pantallas del mundo la vertían tal como ella misma -estábamos seguros- hubiera querido ser vertida, y quizá por eso no nos asombró demasiado enterarnos por la prensa de que acababa de anunciar su retiro del cine y del teatro. La involuntaria, maravillosa contribución de Glenda a nuestra obra no podía ser coincidencia ni milagro, simplemente algo en ella había acatado sin saberlo nuestro anónimo cariño, del fondo de su ser venía la única respuesta que podía darnos, el acto de amor que nos abarcaba en una entrega última, ésa que los profanos sólo entenderían como ausencia. Vivimos la felicidad del séptimo día, del descanso después de la creación; ahora podíamos ver cada obra de Glenda sin la agazapada amenaza de un mañana nuevamente plagado de errores y torpezas; ahora nos reuníamos con una liviandad de ángeles o de pájaros, en un presente absoluto que acaso se parecía a la eternidad.

Es Queremos tanto a Glenda. Un relato de Julio Cortázar. ¿Ves cómo está escrito? En primera persona, sí, pero del plural. Es un caso bastante raro. Mira esto otro:

LEES ESE ANUNCIO: UNA OFERTA DE ESA NATURALEZA no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato. Tu releerás. Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés, preferible si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recamara cómoda, asoleada, apropiada estudio. Solo falta tu nombre. Solo falta que las letras mas negras y llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se solicita Felipe Montero, antiguo becario en la Sorbona, historiador cargado de datos inútiles, acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en escuelas particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso, sospecharías, lo tomarías a broma. Donceles 815. Acuda en persona. No hay teléfono.

Aura, de Carlos Fuentes. Esto es también una forma rara de voz narrativa. Habla en segunda persona. Como si le estuviera diciendo al personaje (o casi al lector) lo que tiene que hacer o lo que va haciendo. ¿Tienes ejemplos parecidos? Los espero.

lunes, 25 de febrero de 2008

El Narrador I

En general hay dos formas fundamentales de narrar una historia. Desde dentro (es decir, en primera persona -me ocurre esto, me ocurrió aquello-) o desde fuera (es decir, en tercera persona -le ocurrió o les ocurrió esto, le ocurre o les ocurre aquello-). Las variantes son muchas pero para comenzar es importante tener claro este punto.

¿Quieres ejemplos?

Juan Rulfo comienza así su novela Pedro Páramo:

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. "No dejes de ir a visitarlo -me recomendó. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte." Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.

Quien habla aquí, quien narra la historia, cuenta lo que le sucedió, es su propio protagonista, Juan Preciado.

En esta otra, Madame Bovary, de Gustave Flaubert, quien nos habla, quien cuenta la historia, es un narrador externo, no sabemos exactamente quién. Es como si alguien que nos relatara lo que va viendo desde su ventana.

Una noche hacia las once los despertó el ruido de un caballo que se paró justo en la misma puerta. La muchacha abrió la claraboya del desván y habló un rato con un hombre que estaba en la calle. Venía en busca del médico; traía una carta. Anastasia bajó las escaleras tiritando y fue a abrir la cerradura y los cerrojos uno tras otro. El hombre dejó su caballo y entró inmediatamente detrás de ella. Sacó de su gorro de lana con borlas una carta envuelta en un trapo y se la presentó cuidadosamente a Carlos quien se apoyó sobre la almohada para leerla. Anastasia, cerca de la cama, sostenía la luz. La señora, por pudor, permanecía vuelta hacia la pared dando la espalda.

¿Entiendes la diferencia?

domingo, 24 de febrero de 2008

Killers

Es un chaval el americano. Debe tener 26 o 27 años aunque es grande y corpulento. Blanco. De lejos se le ve la pinta de turista. Le gustan los toros. La jefa ha estado hablando con él. Dice que es escritor. A ella le van los guiris y los tíos listos. Este parece un poco farsante. Tiene pinta de chulo. Ayer en el bar bebía brandy y apuntaba cosas en una libreta. No le hice caso.
Ha estado arriba casi todo el día. La dueña me dijo que le subiera algo de comer y una botella de vino. Me abrió con cara de sueño. Mientras comía me quedé un rato en la habitación. No tenía nada mejor que hacer. Me dice que ha escrito tres cuentos, que está agotado. Lo dice con cara de orgullo. ¿Tres cuentos de mierda? ¿Y está cansado? Se niega a traducirme uno. Ayer fue San Isidro. Ha nevado. No hay toros. Es Madrid. Es 1927.

viernes, 22 de febrero de 2008

Confesiones

Siempre que leo una novela de esas que se hacen con el único propósito de venderlas como churros me da rabia descubrir mil lugares comunes, tanto en la trama (se repiten hasta el infinito) como en el lenguaje (en general super plano, sin sorpresas). Me da rabia ver que son tan sencillas. Que la gente las compra y las lee. Que los autores se hacen ricos.

Siempre he tenido la tentación de escribir un best seller. Incluso tuve el plan bastante avanzado:

1. Escribir un thriller.

2- Firmarlo con seudónimo.

3- Publicarlo.

4- Pagarle un por ciento a un amigo para que se hiciera pasar por el autor del superventas.

5- Forrarme.

6- Continuar escribiendo mis cuentecillos raros, geniales y difícilmente vendibles.

Supongo es un sueño común de muchos humanos. Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Ser un buen padrehijoamigo y a la vez un chuloputas, aventurero.

Comencé mi best seller con fuerza, escribí ocho páginas sin detenerme. Luego vinieron las dudas. La trama me parecía floja, los personajes rocambolescos, todo un rollo, espías, muertos, tiros, chicas malas. Una mierda. Fracaso total. No pude. Al parecer no es tan fácil.

¿Tú alguna vez lo has intentado? ¿Has terminado? ¿Lo has vendido?

jueves, 21 de febrero de 2008

Haciendo

Cuando era adolescente escribí un cuentito de tres o cuatro páginas, creo que aun lo tengo por algún sitio. Luego, a los 22 o 23 años, enamorado, hice un par de historias más que son aun peores que aquella primera. Un día en la universidad, un amigo me enseñó un relato suyo, me gustó tanto y me dio tanta envidia que por puro "yo lo puedo hacer mejor " empecé a escribir casi en serio.

Al principio comenzaba con un par de palabras, una idea, una frase cualquiera y a partir de ahí iba fabricando. A veces me quedaba atascado con unos párrafos que creía geniales pero sin saber cómo seguir. Ahora cada vez me cuesta más escribir sin saber a dónde voy. Me da pereza improvisar. Tengo miedo de perder el tiempo, de tener que dar mil vueltas para acabar una historia que empezó sin una meta clara.

En estos días estoy pensándome una novelita. Tengo más o menos idea de lo que quiero pero no del todo. Estoy tomando notas, tengo que averiguar algunas cosas.

¿Tú cómo te lo montas? ¿Vas haciendo sin saber a dónde vas? ¿Lo planeas todo antes de ponerte a escribir?

miércoles, 20 de febrero de 2008

Malas costumbres

Me estoy danbrownisando. Llevo mucho tiempo sin terminar un libro. Intenté por segunda vez La vida breve, de Onetti. Me encantaba pero fue alargándose hasta que lo dejé. Lo mismo me pasó hace años con el Quijote I, logré terminarlo después de tres o cuatro abandonos (uno de ellos habiendo leído más de la mitad). Ahora La guerra del fin del mundo de Vargas Llosa ha corrido la misma suerte. ¿Mi justificación? Lo de siempre. Que no tengo tiempo, que son muy pesados de llevar en la mochila, que no enganchan... Igual si un día voy a la cárcel podré leerme los clásicos desde La Eneida hasta El Ulises. Un escritor amigo que estuvo muy chungo con una hepatitis, da gracias de haber estado tres meses tirado en la cama sólo leyendo.
Eso sí los Dan Brown me duran dos días, Angeles y demonios, El código, esos los devoro completitos. Que pena ¿no? Suerte de la poesía. De vez en cuando releo a mi Borges o a mi Lorca o a mi Calderón, en voz alta, disfrutando el castellano.
(A Borges no le gustaba Lorca pero eso es pa otro día)

¿Y tu qué? ¿Vas de clásicos o estás igual que yo?

PD:
por si preguntas, el segundo Quijote no lo he terminado.
Y sí, la literatura de este lado del mundo quizás comienza por Homero y no por la Eneida, pero eso sí que lo leí -:)

martes, 19 de febrero de 2008

En serio

Había abandonado el blog. Completamente. Dejé de escribir. Ahora otra vez tengo ganas. Espero que duren. De todas formas sé que de momento no me lee nadie. Llegan naturalmente infinidad de asociaciones: el escritor en una isla desierta, el escritor que no publica, que escribe para sí mismo; los lugares comunes de siempre... Mejor no filosofar tanto y hacer ¿no crees?
Un abrazo
(Besitos a las nenas)