miércoles, 12 de marzo de 2008

Talentos

Siempre he pensado que escribir es algo bien fácil. Me explico. Para pintar, hacer música, bailar, necesitas desarrollar habilidades que sólo se adquieren practicando. Un músico puede estudiar seis, ocho horas diarias en determinadas épocas, un bailarín o un actor otro tanto. La lengua escrita es una extensión de la oral. Teniendo en cuenta que todos hablamos… (claro, hablo de escribir bien, no de ser un gran maestro)

Naturalmente, saber relatar es algo que se aprende, pero sobre todo, lo más importante es evitar la autocomplacencia. Escribir buenos relatos tiene más que ver con determinadas maneras de pensar que con habilidades imposibles de adquirir. La escritura es algo que puedes “ensayar” mientras paseas, mientras comes, mientras trabajas en tu ganapán, algo impensable para un escultor o un arquitecto. Creo que lo fundamental es la autoexigencia. Da igual que vayas a mil cursos, te inscribas a talleres y tertulias, si no te lo tomas en serio no escribirás una sola línea buena.

Hemingway hablaba de tener el detector de mierda siempre a punto. Creo que eso lo principal en un escritor. Lo demás da igual.

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