miércoles, 12 de marzo de 2008

Talentos

Siempre he pensado que escribir es algo bien fácil. Me explico. Para pintar, hacer música, bailar, necesitas desarrollar habilidades que sólo se adquieren practicando. Un músico puede estudiar seis, ocho horas diarias en determinadas épocas, un bailarín o un actor otro tanto. La lengua escrita es una extensión de la oral. Teniendo en cuenta que todos hablamos… (claro, hablo de escribir bien, no de ser un gran maestro)

Naturalmente, saber relatar es algo que se aprende, pero sobre todo, lo más importante es evitar la autocomplacencia. Escribir buenos relatos tiene más que ver con determinadas maneras de pensar que con habilidades imposibles de adquirir. La escritura es algo que puedes “ensayar” mientras paseas, mientras comes, mientras trabajas en tu ganapán, algo impensable para un escultor o un arquitecto. Creo que lo fundamental es la autoexigencia. Da igual que vayas a mil cursos, te inscribas a talleres y tertulias, si no te lo tomas en serio no escribirás una sola línea buena.

Hemingway hablaba de tener el detector de mierda siempre a punto. Creo que eso lo principal en un escritor. Lo demás da igual.

lunes, 10 de marzo de 2008

De gustos

En las entrevistas, los grandes escritores siempre citan a los mismos: Cervantes, Chéjov, Dostoievki, Joyce, etcétera. Un día me gustaría hacer una encuesta sobre los libros "inconfesables" que encantan a esta gente. La "buena literatura" es, evidentemente una influencia. ¿Pero y la "menos buena"?
Leí El Padrino al menos cinco o seis veces. En todas las quinielas la peli de Coppola está entre las diez mejores de la historia del cine. Si consideramos que siempre se dice que el libro es mejor... pues nunca he oído hablar a nadie sobre El Padrino de Puzo (y la película sigue al libro punto por punto).
Me encantaría poder hacer esa encuesta, en plan voto secreto. Sería alucinante. Cambiaría un poco quizás nuestra idea de buena y mala literatura.
Tal vez Shakespeare fuera fans de Dan Brown, Borges de Corín Tellado o Kafka de Tom Clancy
… y tal vez viceversa.
Cualquiera sabe.

viernes, 7 de marzo de 2008

El Narrador IV

Mira el comienzo de Los Miserables, de Víctor Hugo:

En 1815, era obispo de D. el ilustrísimo Carlos Francisco Bienvenido Myriel, un anciano de unos setenta y cinco años, que ocupaba esa sede desde 1806. Quizás no será inútil indicar aquí los rumores y las habladurías que habían circulado acerca de su persona cuando llegó por primera vez a su diócesis. Lo que de los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo que hacen. El señor Myriel era hijo de un consejero del Parlamento de Aix, nobleza de toga. Se decía que su padre, pensando que heredara su puesto, lo había casado muy joven. Se decía que Carlos Myriel, no obstante este matrimonio, había dado mucho que hablar. Era de buena presencia, aunque de estatura pequeña, elegante, inteligente; y se decía que toda la primera parte de su vida la habían ocupado el mundo y la galantería.
Sobrevino la Revolución; se precipitaron los sucesos; las familias ligadas al antiguo régimen, perseguidas, acosadas, se dispersaron, y Carlos Myriel emigró a Italia. Su mujer murió allí de tisis. No habían tenido hijos.

¿De quién son las opiniones que he subrayado? Pues todo parece indicar que son de quien narra la historia. Prueba a leer lo mismo saltándotelas. ¿Hay diferencias? ¿Te molestan las opiniones de este narrador en tercera persona? ¿Te importan? ¿Es necesario para ti saber que “Lo que de los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo que hacen.”? ¿Y si no estás de acuerdo? ¿Enriquecen estas opiniones del narrador la historia? ¿La lastran? En cosas como estas solía pensar Gustave Flaubert. Él concibió un narrador que sólo narra, que no da opiniones, un narrador totalmente imparcial. Un tipo que no pretende aleccionar, que sólo dice lo que ve. Para muchos así nació la novela moderna:

Estábamos en clase de repaso cuando entró el rector seguido de un novel con traje de calle y de un bedel que llevaba un gran pupitre. Los que dormían se despertaron y todos nos pusimos de pie como si interrumpiéramos nuestra tarea.

El rector nos indicó que tomáramos asiento; luego volviéndose hacia el maestro le dijo a media voz:

- Señor Roger, le recomiendo a este alumno, ingresa en quinta. Si su trabajo y su conducta son meritorios lo pondremos con los mayores, como lo pide su edad.

El novel permanecía en el rincón, detrás de la puerta, de modo que casi no lo veíamos; era un muchacho del campo, de unos quince años, aproximadamente, más alto que cualquiera de nosotros. Llevaba los cabellos cortados en línea recta sobre la frente, como un cantor de aldea, y parecía modoso y muy confundido. Aunque no era ancho de espaldas, su chaqueta de paño verde con botones negros debía ajustarle en las bocamangas y dejaba ver, por la abertura de los puños, unas muñecas enrojecidas habituadas al aire.

Madame Bovary, 1857

jueves, 6 de marzo de 2008

Respuesta del anterior

Dice el bueno de Vladimir que:

Naturalmente, como habréis adivinado, el buen lector es aquel que tiene imaginación, memoria, un diccionario y cierto sentido artístico..., sentido que yo trato de desarrollar en mí mismo y en los demás siempre que se me ofrece la ocasión.

Como también habréis podido adivinar yo me incliné por pertenecer a un club de lectores, haber visto la novela en película, identificarse con el héroe o la heroína y definitivamente preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.

JAJAJAJAJA!!!!!!

(A los que han esperado impacientes la respuesta perdón por el retraso)

lunes, 3 de marzo de 2008

Según Vladimir

Selecciona cuatro respuestas a la pregunta «¿qué cualidades debe tener uno para ser un buen lector?»:

1) Debe pertenecer a un club de lectores.
2) Debe identificarse con el héroe o la heroína.
3) Debe concentrarse en el aspecto socioeconómico.
4) Debe preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.
5) Debe haber visto la novela en película.
6) Debe ser un autor embrionario.
7) Debe tener imaginación.
8) Debe tener memoria.
9) Debe tener un diccionario.
10) Debe tener cierto sentido artístico.

La respuesta (según Nabokov) mañana.