martes, 27 de mayo de 2008

Corrigiendo

Hace un par de semanas publiqué una entrada comentando que me había atascado en la revisión de un cuentito. Me han escrito un par de comentarios con sugerencias. Ayer cuando volvía del trabajo revisaba mis papeles y tuve un alumbrón. La solución fue cambiar un poco la construcción de la frase. Me ha gustado. La encuentro elegante, pero para gustos… ya se sabe.
Ahí les dejo el fragmento, el relato aún no lo he terminado. Para que se entienda algo, el cuento lo narra el marido de la chica:

Se desnudan cada uno por separado, sin prisas, como si estuvieran quitándose la ropa para bañarse o irse a dormir. Sólo le advierte «no te corras en mi boca, no me gusta». Él pregunta si tiene condones. Siempre tomo la píldora, es la respuesta. Se besan, se acarician despacio. Espera, dice ella y se levanta. Pablo escucha los cierres de la puerta de la calle. María regresa. «Ahora estoy más tranquila». Pablo no puede apartar de su mente la idea de estar haciendo algo malo. Una mujer casada gime desnuda sobre él en su propia cama de matrimonio. Es excitante pero a la vez siente un poco de rechazo. Ella suspira. «Llámame puta, dime lo puta que soy.» Él piensa en el niño, en qué pasaría si viene ahora y abre la puerta, me imagina a mí llegando, estudia dónde puede esconderse, dónde tiene la ropa, qué hacer. Quizás ella quiere quedar en estado para luego exigirle algo, en verdad no la conoce, es posible que esté loca, todo lo que ha contado tal vez sea mentira, puede tener el sida, piensa que podrían haber vecinos espiando.

Pd:
El final del párrafo no me acaba de convencer. Ese “puede - piensa - podrían” igual luego cambio algo más. Soy un poco paranoico con estos temas.

lunes, 26 de mayo de 2008

Numerados

I
No estoy seguro si era en “Diecisiete instantes de una primavera” o en “El escudo y la espada”, novelas rusas de espías, que leía de niño y voto a tal (como diría Reverte) que son muy buenas. El caso es que en una de ellas (o quizás en alguna otra) una espía rusa embarazada que se hacía pasar por alemana es descubierta al dar a luz pues con los dolores del parto no puede impedir gritar en su idioma natal.

No sé si esto es científicamente probable pero al menos es poéticamente maravilloso.

II
También leí en algún Kundera, que en su opinión (o en opinión del personaje que narraba la historia) lo que nos ata a nuestro lenguaje son las malas palabras, los tacos, las voces prohibidas.

III
Una amiga argentina me comentó un día que las palabras de sexo en español le parecían ridículas que ella para excitarse tenía que follar en argentino (coger). Yo le hice notar que posiblemente un español se descojone de risa si le dices pija a su polla.

IV
Clítoris, me parece una palabra horrible, parece una definición técnica, cosas de médicos. Vaya mierda de lenguaje que hablamos en el que no hay palabras para definir las cosas importantes.


Te molan estos temas del lenguaje y tal? Venga, léete este cuentito más o menos largo y me dices qué te parece .
Imprímetelo en el curro a cuenta de la empresa que leer en la pantalla es bastante jodido.
Va sobre el amor las palabras, el silencio.


PD:
Un amigo me pasa las bases de un concurso de videos. Lo estoy leyendo. Dice:

El jurado elegirá el ganador el 5 de Septiembre de 2008.
El fallo de susodicho jurado será inexpugnable.

Vaya, que nadie lo podrá conquistar.
jajajajajajaja

viernes, 23 de mayo de 2008

Los otros

Tengo dos amigos muy cercanos, dos tipos sin los que los últimos años hubiesen sido extremadamente oscuros.
Al resto no los veo desde el 2001, a algunos desde antes. El tiempo sigue corriendo y no sé si en realidad va a favor de los pequeños.
Hace unos meses encontré en mi buzón electrónico un correo hermoso:

Asunto: Noticias de Martín Mateo
De: Alexis Romay"
Fecha: Dom, 25 de Marzo de 2007, 11:10 pm

Regaló su graffiti a Barcelona,
se escurrió por las calles de La Habana
(dicen que tuvo líos con La Aduana,
que por poco lo mandan a la lona).

Cantó en las madrugadas. Tuvo un hijo,
varias mujeres y amigos distantes.
Preguntó: «¿de dónde son los cantantes?».
La respuesta fue más un acertijo.

Hoy lo buscan en Calgary, en Nevada…
lectores que son cómplices y esquivos.
Gemelo del distante Antonio Arazo,

este Martín, sin Fierro, es la fachada
de un poeta que habita mis archivos.
A Tony y a Martín, aquí, un abrazo.


pd:
No sé que me pasa, no suelo postear sobre temas personales. Supongo me afecta el otoño.
Un abrazo.

lunes, 12 de mayo de 2008

Homey

¿Sabes cómo comienza la Odisea?

Háblame musa de aquel varón de multiforme ingenio que después de destruir la sacra ciudad de Troya anduvo peregrinando largísimo tiempo, vio las poblaciones, conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el ponto en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria.

Me dirás qué importa. Yo contesto que nada. Eso no importa nada. Podía comenzar diciendo cualquier otra cosa, daría igual. Lo realmente curioso es que comienza con Telémaco, el hijo de Ulises.
Cuando piensas en la odisea piensas en Penélope tejiendo y destejiendo, en la matanza de pretendientes, en Polifemo, en Argos. Pero los cuatro primeros cantos son de Telémaco que ya es mayor, quiere noticias de su padre y logra reunir un puñado de hombres para que lo acompañen a buscarlas.
Los pretendientes se preocupan. Un chico de 17 años que se arriesga en bote por el mar hacia lo desconocido ya no es un niño y un día puede cabrearse y cargárselos a todos. Esto pasa en cuatro capítulos (cantos) unas ochenta páginas en el libro, los pretendientes se conjuran entonces para emboscar al chico y matarlo. El canto número cuatro concluye así:
ya los pretendientes se habían embarcado y navegaban por la líquida llanura, maquinando en su pecho una muerte cruel para Telémaco. Hay en el mar una isla pedregosa en medio de Itaca y la áspera Samos que no es extensa pero tiene puertos de doble entrada, excelentes para que fondeen los navíos; allí los aqueos se pusieron en emboscada para aguardar a Telémaco

Entonces comienza el canto número cinco: Asamblea de los dioses en el Olimpo, y luego el capitulo número seis, la historia de Ulises.
¿Entiendes lo que pasa? Unos ocho siglos años antes de cristo, dosmilochocientos años antes de Hitchcok, Homero, el ciego, hace un alarde de suspence. Imagina a los griegos sentados en el suelo ante el aeda esperando saber qué pasaría con Telémaco.
Más les valía ser pacientes. No es hasta el canto XV cuando se habla otra vez del muchacho.

En fin, que deberíamos pensarlo varias veces antes de decir la palabra original cuando hablamos de literatura ¿No crees?

pd:
La traducción de la Odisea es la de Segalá y Estalella, a mi me mola ¿a ti?

domingo, 11 de mayo de 2008

words words words

Estoy escribiendo un cuentecillo. Hace tiempo. Son unas diez páginas a 1,5 líneas. Está casi terminado. Corrigiendo me encontré un pequeño problema:

Pablo no puede apartar de su mente la idea de que está haciendo algo malo. ------ con una mujer casada en su cama de matrimonio.

El tal pablo y la mujer casada están... ¿cómo diría? Ese es el problema ¿follando? Haciendo el amor definitivamente no, se acaban de conocer y no se aman. Pero follando no es la palabra, no es una palabra que me disguste pero no creo que deba ser la que diga en ese momento mi narrador. Fornica no, suena a pecado, iglesias. Puedo poner tiene sexo pero da idea de algo técnico, no de algo que estés disfrutando ¿verdad? Se enrolla o se enreda tampoco, es demasiado vago, no me convence. ¿Abraza? en realidad no se siente mal porque la abrace. ¿Penetra? nooooooo, ¿Yace? ¿Se acuesta? bah

¿La solución? No la tengo (tampoco es que esté pidiendo ayuda, sólo quería comentar lo complicadas que son a veces las cosas sencillas) cómo lo resolveré, no sé, me ha pasado en otras ocasiones. Si no encuentro la palabra adecuada hay dos opciones, cambiar la construcción de la frase para evitar decir esa palabra o mandarlo todo a la mierda y que el bueno de Pablo no tenga la idea de que está haciendo algo malo por estar ------ con la mujer casada.

Pd:
Mi chica pondría se la está tirando, no lo había pensado pero tampoco me gusta (esto, naturalmente, me ha costado una pequeña discusión)

besos y abrazos según corresponda