viernes, 26 de septiembre de 2008

Clásicos.

Hablaba hace unos días con una amiga que decía sólo leer clásicos. Me pareció curioso. Yo he leído mucho pero mal. Mucha novela de espías, de policías, de aventuras, pero pocos clásicos y siempre me digo que tengo que sentarme y comenzar con todas las cosas que se supone debería haber ya leído.

Por un momento sentí envidia de mi amiga. Más tarde llegaron las dudas.

No puedo revisar completa la historia de la literatura pero creo recordar que lo que ahora llamamos «los clásicos» eran en su tiempo best sellers (hablo de la literatura anterior al siglo XX) Homero, Virgilio, Boccacio, Ravelais, Cervantes, Balzac, Dostoyevski, no recuerdo si también víctor Hugo, Tolstoi, Flauvert.

¿Qué quiero decir con esto? Que quizás cuando despreciamos determinada literatura por ser popular nos estamos perdiendo lo que mañana será leído con devoción.

Naturalmente, además de los antes mentados, habría muchas estrellas que se apagaron sin dejar rastros.

Otra vez a lo mismo.

Cómo separar el grano de la paja...

chi lo sa.

4 comentarios:

Delaney dijo...

Bueno, hay novelas que sólo entretienen (y eso ya es todo un logro por parte del autor) y otras de las que se puede aprender, se puede reflexionar, te llevan a otras novelas, etc. (y pueden entrener más, menos, poco o nada).

Creo que esa puede ser una diferencia.

inespoe@gmail.com dijo...

hola Martín: Te responderé con algo sencillo: son clásicos porque han llegado al siglo XX y la gente los sigue leyendo. Seguramente habrá pocos best sellers muy malos actuales que resistan la prueba del tiempo y la historia. Esa es la más difícil, aún más que un estricto y endemoniado editor.

Por algo Aristóteles es Aristóteles.

PD: tampoco lo he leído todo y tengo la misma sensación que tú.

Besos.

Anónimo dijo...

Yo sólo desprecio lo que no me gusta.
Lo que me gusta es válido. Leo de todo. ¿No es así la cosa? La Ilíada, atrapa, pero nos subimos a otro tono, uno divino y sanguinario. Con Proust, hablamos de teatro en una mesa llena de gente ridícula; y todo huele delicioso, los vinos y la madera. La cabellera de Jo en Mujercitas, se siente en las manos. Lo que no se paladea no sirve, pero lo que sí, puede venir de cualquier lado. Decir otra cosa, es olvidar lo incontable de las literaturas, y de los corazones.

Nací un 29 de febrero. dijo...

aunque despreciar es quizá una palabra muy fuerte ¿no?
despreciar lo que no te gusta (aunque estés hablando sólo de literatura)
quizás lo que no te guste hoy te encante mañana
es lindo lo de "lo incontable de las literaturas, y de los corazones"
a algunos quizás les suene cursi, a mi me ha gustao, mira tú por dónde...