INIESTEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
INIESTEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
INIESTEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
jueves, 7 de mayo de 2009
A ROMAAAAAA
sábado, 2 de mayo de 2009
CHORREO
Barça Barrçaaa Barrrrrrççççççaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
jueves, 19 de marzo de 2009
Tampoco yo lo merezco.
Carlos Boyero
El país
Cojones nene, vaya oración.
La he tenido que leer cuatro veces para entender algo...
(ya sé que soy cortico, no tenéis que decirlo)
martes, 17 de marzo de 2009
Traslado.
Lo haremos de otra forma.
Abro otro chiringuito.
Me llevo las Barrenas a otra parte.
besos y/o abrazos
miércoles, 4 de marzo de 2009
Viernes 3am
Pinta que se muere para no morir, para no tener que matarse. Intuye que su generación está buscando un mártir. No quiere ser él. Dice que tiene poco tiempo.
«Descalzo. Desnudo. Pinta. Anda vertiginoso el pincel. Un toque aquí. Más rojo en aquel lado. Ilustra su caída, horrible, infinitas variantes. Oscuro. 5 metros por 3. El óleo se extiende. Cubre los sitios exactos. Pincelada, ruina. Otro toque negro, agonías. Me mira, sonríe. Yo boca abajo, desnuda en la cama veo una danza macabra. Ceremonia chamanista de sexo y destrucción. Entierros, bruma, lluvia, sangre, desesperanza. Pinta. Más alcol. Hemmer en el equipo. Concierto Total, opus 49, grabado en San Juan por Pau Casals en el otoño de 1957.»
Hace miles de años un tipo pintó un bisonte en una cueva, pensó que si podía pintarlo se apropiaría de él. Cazarlo después sería sencillo. Esto es al revés. tony piensa que si pinta el bisonte no tendrá que matarlo.
De un lado del espejo y del otro las cosas son distintas. Tocas con tu mano derecha la mano izquierda de tu imagen. Pocas veces lo adviertes. Todo parece ir bien hasta que intentas leer y el cristal devuelve las letras en un orden extraño.
Las diferencias pueden ser mayores.
La chica de la izquierda acaricia el arma. Está desnuda pero lleva gafas. Ha preparado con detalle el escenario. Fantasea. La pistola en su boca. Juegos eróticos. Imagina que la pistola puede sentirla. Sonríe. Sabe que no lo va a hacer. Es tan solo un divertimento. Si fuera a suicidarse preferiría pastillas. Que la encontraran hermosa, que fueran excitantes las fotos del forense, y circularan, robadas, por la red. Es poética, teatral, un poco dandy. No le haría gracia terminar entre un charco de sangre, con el rostro destrozado y medio cerebro por el suelo de casa.
La chica de la derecha está demasiado agobiada para posar. No piensa en poesía, ni en gestos. Cierra los ojos. Se acerca el revolver (es uno antiguo, de cañón corto) a la sien. La mano tiembla. Repasa sus motivos. Desesperación. Cambia de idea y se pone el cañón debajo de la mandíbula. Demasiadas cosas en la cabeza. Lleva unos vaqueros y una blusa blanca de tirantes. Está descalza. No ha hecho notas, ni despedidas.
El espejo tiene dos lados. También un punto medio, más bien un plano medio que divide sus dos mundos. Para unos es el cristal, para otros más adentro, quizás en el azogue (ahora se usa aluminio).
En verdad este centro es mucho más sutil, el sitio donde realmente ocurren las cosas. Ahí una tío escribe no sé qué de bisontes y escribe que una chica escribe que escribió un relato cuando era adolescente.
La de la derecha no se decide, deja la pistola en la mesa de noche. Cae sobre la cama y llora llora llora llora llora
La chica de la izquierda, desnuda, sin gafas, tiene los ojos cerrados y la pistola en la boca, acaricia el gatillo. En un impulso irracional dispara.
BonusTrack
lunes, 2 de marzo de 2009
PP
viernes, 13 de febrero de 2009
En ocasiones veo...
El mercado tiende a valorar a los artistas de trayectoria coherente, dice el portavoz de una galería.
Nuestra expectativa es vender lo más posible, como siempre, dice otro.
Supongo que es lícito querer vivir del arte, que los artistas, normalmente, aspiran a vivir de su trabajo (el arte) y que están en su derecho. Pero si leo artículos sobre arte y entrevistas sobre artistas y encuentro cada dos por tres la palabra mercado...
¿Dónde está el arte? ¿En los museos? ¿En las terrazas de los bares donde jóvenes con rastas y pircings comparten cervezas? ¿En algún oscuro ático destartalado? ¿En las galerías? ¿En los manicomios?
Nunca he sido inocente. Sé que todos somos personitas, desde el mendigo hasta la modelo y el científico, y que todos, más o menos, tenemos las mismas ambiciones y los mismos miedos. Que necesitamos que nos quieran, ser conocidos, reconocidos, admirados. Pero a veces...
Cuestionar demasiado produce vértigo.
¿Existe de verdad el artista que nos fascinaban en la escuela, esos genios atormentados y ajenos? ¿Cambió todo desde Warhol y el pop, o antes, cuando pintaban o esculpían para agradar a tal o cual marchante millonario? ¿Existió alguna vez esta gente o eran leyendas para niños como las historias de piratas de Salgari? ¿Es todo una justificación para no doblar el lomo currando bajo el sol como sus padres? ¿Era van Gogh un genio oscuro o un depresivo vago que pintaba bien y que se hubiese calmado con un buen puñado de francos? ¿Vale una cúpula de Barceló veinte millones de Euros? ¿Es Damien Hirst un artista plástico o un artista de los negocios?
De acuerdo, si Picasso hubiera tenido que trabajar por el día como teleoperador para vivir y pintar por las noches no tendríamos las señoritas de avignon, ni el Guernica... ¿o tal vez sí?