viernes, 27 de junio de 2008

Beckettiana

I

Siempre he pensado que el arte debe ser autoreferencial. No deberías necesitar saber algo acerca de una obra, de su autor, momento histórico o conexiones subterráneas con otras obras para apreciarla, degustarla, disfrutarla, juzgarla, “entenderla”.

II
- Ya debería estar aquí.
- No aseguró que vendría.
- ¿Y si no viene?
- Volveremos mañana.
- Y pasado mañana.
- Quizás.
- Y así sucesivamente.
- Es decir…
- Hasta que venga.
- Eres implacable.
- Ya vinimos ayer.
- ¡Ah no! En eso te equivocas.
- ¿Qué hicimos ayer?
- ¿Que qué hicimos ayer?
- Sí.
- Me parece… Para sembrar dudas eres único.
- Creo que estuvimos aquí

III
Supongo que si te borraran las referencias literarias y tu vecino te entrega Esperando a Godot mecanografiado a espacio y medio, en hojas gastadas y con manchas de café, y te dijera que la acaba de escribir no pensarías que es un genio. Seguramente le comentarías que sabe manejar el idioma, que en ocasiones es poético, que es gracioso pero, por favor, chavalote, no se pueden escribir cientocincuenta folios sin un tema, como broma está bien pero más cortica, igual hasta tienes futuro pero please no te comas tanto la olla.

IV
¿Qué nos hace buscar mensajes ocultos en determinada literatura? ¿Quién nos dice que en verdad tras los diálogos de Vladimir y Estragon hay un mensaje arcano que tiene que ver con nosotros? ¿Buscamos porque otros han buscado, por que nos han dicho que hay más o realmente por convencimiento? ¿Estaba tan ciego Gide cuando rechazó En Busca del Tiempo Perdido? ¿ Estaban ciegas las editoriales italianas que se negaron a publicar El Gatopardo? ¿Estaba ciego Cortázar rechazando a Manuel Puig?

viernes, 20 de junio de 2008

Exornando

En diciembre de 98 (el siglo pasado) vi en El festival de La Habana el filme danés Los Idiotas. Me sorprendió bastante aquella cámara que se movía tan inquieta. Me reí toda la primera parte y luego me fui poniendo serio a medida que la historia avanzaba y cambiaba de tono. Me encantó. En un momento de la película se ve un micrófono asomarse al descuido en una esquina de la pantalla, luego el "error" se repite, después se hace aun mayor, y ya en alguna parte se ve el operador del micro y no recuerdo si también a algún cámara. Lars von Trier nos está diciendo, ey esto es sólo una peli. Es sólo ficción.
Hay toda una corriente en la literatura que intenta suspender nuestra incredulidad y hacernos creer que todo lo que cuenta es cierto. ¿Recuerdas los usos de la primera persona? ¿El citar fechas, hechos históricos reales y colar la ficción dentro? ¿Recuerdas a Flaubert y su narrador invisible? Otros, en cambio quieren que sepas que sus cuentos son cuentos y nada más que cuentos. Kundera, por ejemplo, va comentando en alguna de sus novelas los recovecos de cada acción de sus personajes.
Mira el comienzo de El tema del traidor y el héroe, de Jorgito Borges:

Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así.

¿Tú como te lo montas? (ahora ya no hablo de literatura, claro, sino de cosas importantes, qué me importa a mi se escribes en primera o en quinta o si asomas micros por las esquinas de tus folios) ¿Llegas a fin de mes? ¿Prefieres cerveza o cubatas? ¿Te gusta más estar arriba o debajo?

Pd:
¿Alguien sabe qué mierda es exornador?

jueves, 12 de junio de 2008

Cuentecillo.

Estoy abúlico. Me suele pasar. Hace varios años no termino un relato que valga la pena. Pronto espero salir de esto. De momento, si a alguien le apetece leer un cuentecillo os dejo un link. Es de cuando era una joven promesa. Imprimidlo. Es un poquitín largo para leerlo en la pantalla. Si os va bien me dicen qué les parece.
Abraçadas.